Esta semana concluye con la celebración de una "fiesta menor" de la ciudad de Logroño; las del solsticio de invierno, cerca de la Navidad, que localmente llamamos la de la Virgen de la Esperanza desde que la Iglesia Católica, esponsorizó con su ritos y eventos, los eventos tradicionales de las tribus Ibéricas. Son como dicen los de los pueblos fiestas de misa,procesión y olla, por el frió que suele hacer, tiempo normal para esta época, pero que cada vez lo soportamos peor fruto del acomodamiento que tenemos en el calor de hogar y del coche. Hay hechos que te hacen ver la esperanza, mas que por la luz que se empieza a ver al final del túnel de la crisis, por el camino que se están diseñando y avanzando en algunos sectores de nuestro entorno, en unas jornadas celebradas sobre la excelencia el pasado día 16 de Diciembre, algunos ideas caminos se aportaron y me parecieron interesante sobre que el talante y la actitud ante la crisis forma también parte de la salida de la crisis, son las antorchas y quienes las portan la referencia a seguir. La polemica, artificial, sobre la paternidad del "soterramiento" entre el Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño no dice que aqui hay partido, que la liga no esta ganada todavía y que se busca punto a punto, los puntos necesarios para ser campeon. Quizás los claveles blancos están en la actividad silenciosa de muchos riojanos en los municipios, organizandose para preparar sus candidaturas, sus proyectos e ilusiones para la ciudad o municipio en el que residen. Todos tienen esperanzas de aportar a su pueblo lo mejor que saben y pueden, sabiendo además de que los tiempos no son de alegrías económicas precisamente. Estas pequeñas ilusiones en cada uno de los rincones de La Rioja es lo que hace región. Frente al ruido capitalino ampliado por los voceros mediáticos aun queda esa comunicación personal, individual de personas con personas compartiendo un mismo proyecto e ideales de cambio para el próximo año.
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