La manifestación de hoy convocada y apoyada por la mayoría de la sociedad catalana contra la inoportuna, tardía e insensible sentencia del Triubunal Constitucional, es la expresión de una ciudadanía que no resigna a sus aspiraciones. Cuando de una sentencia solo se acata es mala señal ya que ni se comprende ni se comparte. Con esta sentencia el TC al aceptar parte de las tesis políticas de un partido minoritario frente a la opinión de la totalidad del Parlamento Catalan, del Congreso y la expresión mayoritaria del pueblo expresada en el referéndum que lo ratifico, ha contribuido a quebrar el acuerdo de consenso institucional entre el Estado y Cataluña. La opinión del TC es propia de los principios patrióticos del siglo XIX inadmisibles e insostenibles en una sociedad del siglo XXI. Si a ello se une la situación que se crea donde unas regiones van a tener en sus estatutos de autonomía idénticos artículos vigentes que los declarados inconstitucionales del Estatuto Catalan, dejando una situación deplorable donde lo que es legal en Andalucía es inconstitucional en Cataluña, con eso el TC no contribuya a hacer país. Ante este desaguisado yo estoy con Catalunya la región española mas avanzada, mas moderna y que mas contribuye al progreso del resto de España, no hay que olvidarlo.
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