miércoles, 4 de febrero de 2009

Crisis, personas, empresas


En estos momentos donde vemos como "el nivel de las aguas desciende", se ve el fondo, no cabe duda. Vemos todos los días como emergen las prácticas reales de las empresas respecto a sus personas, despidos, eres, reducciones jornada, adelanto vacaciones, etc. Se evidencia el hecho incontestable de que en la mayoría de las ocasiones las personas son un recurso y que cuando no hay facturación suficiente, se eliminan recursos. Eso sí, podemos llamarlo de múltiples maneras, pero “la mona, aunque se vista de seda, mona se queda“. Ahora bien, ¿hay alternativas?
No cabe duda: lo que haría falta es un acuerdo solidario,satisfactorio personal y colectivamente, en las empresas. Pero esto es bien difícil, desde luego. Porque aunar el interés particular y el colectivo introduce una tensión compleja, casi imposible de manejar, en la que el mercado ahí fuera actúa de condicionante cruel.
La crisis resquebraja los ¿falsos? principios que decían que las personas eran el activo más importante con que contaban las empresas. Recordar como el mensaje de las patronales es que su "función como empresarios" era crear empleo, yo siempre he pensado que es mas honesto que un empresario diga que esta "para ganar dinero" que esa es su función del acuerdo con el código de comercio. Las personas han dejado de ser el activo mas importante en tanto que son prescindibles. Eso es un hecho. Así que ¿cuál puede ser esa relación ente empresa y trabajador en un momento como el actual? Quienes trabajan, depende su ubicación en el conjunto, estarán sintiendo ya el aliento en sus cogotes. Más o menos directo según su posición relativa dentro de la organización.
Pero los ejemplos son muchos: sus puestos de trabajo son prescindibles. No hay trabajo: no hacen falta personas. ¿Es una guerra del personal directivo y de la propiedad contra el resto del colectivo?, ¿son personas las que deciden prescindir de otras o es el “sistema”, sea este lo que sea, quien decide que nos sobra gente?
Es un momento delicado: las empresas pueden representar el lugar donde acordamos alternativas y donde, con imaginación, se emprenden nuevos caminos… o pueden ser el lugar donde una vez más se evidencia que no, que las empresas representan, en buena parte, un modelo a sustituir. Porque en el fondo: ¿somos capaces de seguir viendo empresas comprometidas, “con propósito”, con responsabilidad social corporativa, cuando suprimen tantos puestos de trabajo?
De nuevo planea la gran pregunta otra vez: ¿necesitamos empresas?, ¿necesitamos a este tipo de empresas?, ¿no podemos poner en práctica otras formas diferentes de colaborar para generar valor y riqueza para la sociedad que nos rodea? ¿Está acabando una forma de entender la empresa o se está muriendo la empresa en si misma y deberemos generar otro tipo de acuerdos colectivos? Muchas preguntas.

1 comentario:

cibersocialista dijo...

La deshumanización del trabajo llegó a su apogeo con Reagan y este animal de bellota que ha gobernado ocho largos años ha seguido en la línea.
Y hay demasiado empresario en la Rioja y en España que se creen dueños de vidas y haciendas. El trabajador no es más que un factor de producción de beneficios y ellos mismos han asesinado a la gallina de los huevos de oro.
...y bueno, junto a la sofisticación de Zara, está la relación laboral de Alcampo....por poner dos ejemplos, pero en el fondo son lo mismo.
Y en La Rioja ya es para partirse cuando ves a algunos que se autotitulan empresarios...¿pero qué han emprendido éstos en su puñetera vida?
Y mirando del otro lado no ´se si me atrevería yo a decir lo que decíamos hace teinta años de que para ser un buen ugetista hay que ser un buen trabajador...porque un trabajador podrá tener muchos condicionantes pero tonto no es...
creo que me explico.