Hay acontecimientos que son un punto de inflexión en la vida de las organizaciones. En la reciente historia de los socialistas riojanos hay varios acontecimientos que han sido claves y decisivos, y entre ellos está el Congreso celebrado en el año 2000. El PSOE desde el curso 1995-96 estaba en una situación de crisis que no se había resuelto en ese periodo, más aún, se había acentuado. Se perdió el Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño -entre otros- en 1995, el Gobierno de España en 1996, en 1999 no se consiguió remontar en las elecciones autonómicas y municipales y en el año 2000 en las elecciones generales el PP gana en España por mayoría absoluta y en La Rioja el PSOE pierde uno de los dos escaños que históricamente obtenía, quedando en la peor situación parlamentaria desde la Transición.
Internamente la cosa no quedó ahí, la misma noche electoral el entonces secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, presentaba su dimisión, dejando al PSOE a las puertas de importantes y decisivos cambios. Todo esto ocurría en marzo del 2000: hace ya 10 años. Este periodo que va de marzo hasta el Congreso Federal de julio del 2000, fue un periodo de reflexión y debate interno sobre cuestiones políticas, instituciones y personas. En La Rioja se presentaba abierto el tema al tener que elegir un nuevo secretario general y la decisión de nombrar un nuevo portavoz parlamentario, al renunciar a la elección tanto Ángel Martínez Sanjuán como José Ignacio Pérez Sáenz.
Ese importante Congreso que se cerró en julio con la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE, y que dio paso a Francisco Martínez- Aldama en La Rioja, supuso el fin a un periodo de pérdida de confianza y de ausencia de referentes de los socialistas, además de un comienzo de recuperación de la confianza en un proyecto político que dura ya más de 130 años, y que ha supuesto desde el inicio de la democracia el gobierno de España durante más tiempo.
Desde entonces, el liderazgo y compromiso personal de Francisco Martínez-Aldama en el ámbito político ha supuesto un revulsivo importante para este partido en La Rioja. Desde una ya vieja militancia de más de 30 años, he comprobado cómo en estos diez últimos años una nueva generación de personas, de jóvenes y no tan jóvenes, se han incorporado a la política con ilusión y compromiso a través del PSOE. Cómo las ideas que siempre nos han movido se han renovado y vuelven a recobrar la fuerza necesaria del cambio. Pero sobre todo, se ha incorporado a la política una generación que creció ya en democracia y que no tiene los prejuicios y condicionamientos de los que vivimos la transición democrática. Conocen perfectamente la historia -Aldama, por ejemplo, es licenciado en Humanidades-, pero viven el gran cambio de este país no desde la distancia de los libros de historia, sino desde el trabajo diario en la dura tarea política de promover el progreso, el bienestar social y la igualdad de oportunidades para seguir con un cambio, el de España, que ha asombrado al mundo.
Hemos visto cómo nuestra organización ha ido creciendo durante estos años: se ha pasado de 20 agrupaciones municipales socialistas en el 2000 a 42 en el 2010, el aumento de la afiliación ha sido del 50 %. También la responsabilidad política pública ha ido en aumento, en listas municipales, en votos y, sobre todo, en apoyo ciudadano.
Pero sobre todo ha sido la otra política, la del diálogo y el acuerdo, la que ha posibilitado volver a gobernar el Ayuntamiento de Logroño, nuestra capital, después de 12 años; logrando así que dos de cada tres ciudadanos riojanos tengan alcalde o alcaldesa socialista, y haciendo las cosas de otra manera: más ecuánime, más transparente, más eficaz y, sobre todo, para todos y todas.
A nivel personal creo que el secretario general de los socialistas riojanos , Francisco Martínez-Aldama, ha ido creciendo políticamente, ya no es un ex concejal de Herce y un destacado socialista de la Agrupación de Arnedo el que dirige el PSOE: con el tiempo ha adquirido experiencia, conocimiento político, y es sin duda un gran parlamentario.
Pero lo que me sigue sorprendiendo es que, después de estos diez años, siga teniendo un compromiso personal con La Rioja y los riojanos digno de admiración -un detalle personal como muestra, desde hace diez años hace unos 80.000 km. anuales conduciendo su propio vehículo, sin chófer, recorriendo cualquier rincón de nuestra tierra, que conoce como la palma de su mano-. Y si esto es importante, lo es más la política de diálogo que impulsa, de consenso, de acuerdo, de progreso con otras fuerzas políticas o administraciones. Es de admirar su ahínco personal en la negociación, en la búsqueda de mejoras para La Rioja, en las decenas de reuniones con el Gobierno de España, que han hecho posible la mayor inversión pública del Estado en La Rioja. Discretamente, sin escandaleras, con argumentos y sin crispación: en estos últimos seis años ha tenido que enmendar muchas veces la torpeza y el sin sentido del Gobierno de La Rioja en su constante bronca con todos los demás, y especialmente con todos los ministerios.
Finalmente, quisiera destacar que entramos en otro momento histórico, en un periodo decisivo para La Rioja y los riojanos: en el 2011 se celebran elecciones municipales y autonómicas, y los socialistas riojanos aspiramos a gobernar La Rioja como ya lo hacemos -y lo seguiremos haciendo- en Logroño, la capital; porque consideramos que es necesario un cambio de ciclo en La Rioja, las políticas pasadas ya no son eficaces en el mundo actual. Se necesita un nuevo plan, basado en el diálogo y el acuerdo entre nosotros como riojanos, y entre nosotros y los demás, que rompan el aislamiento de La Rioja que llevan los actuales responsables políticos de nuestra Comunidad. Y para ello se necesitan unas nuevas personas y equipos que dirijan las instituciones riojanas honradamente y más eficazmente, sin engaños, sin autocomplacencias que nos lleven al furgón de cola del país. País al que los socialistas hemos aportado trabajo, ideas y gobiernos durante estos últimos años hasta lograr que ya nadie piense que África comienza en los Pirineos, como se nos decía hace apenas 30 años.
Al recordar los Congresos del 2000, diez años después, podemos comprobar la importancia de los mismos, tanto para el PSOE como para La Rioja. Pero la historia sigue, y hay que escribirla desde la participación, como hasta ahora.
Internamente la cosa no quedó ahí, la misma noche electoral el entonces secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, presentaba su dimisión, dejando al PSOE a las puertas de importantes y decisivos cambios. Todo esto ocurría en marzo del 2000: hace ya 10 años. Este periodo que va de marzo hasta el Congreso Federal de julio del 2000, fue un periodo de reflexión y debate interno sobre cuestiones políticas, instituciones y personas. En La Rioja se presentaba abierto el tema al tener que elegir un nuevo secretario general y la decisión de nombrar un nuevo portavoz parlamentario, al renunciar a la elección tanto Ángel Martínez Sanjuán como José Ignacio Pérez Sáenz.
Ese importante Congreso que se cerró en julio con la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE, y que dio paso a Francisco Martínez- Aldama en La Rioja, supuso el fin a un periodo de pérdida de confianza y de ausencia de referentes de los socialistas, además de un comienzo de recuperación de la confianza en un proyecto político que dura ya más de 130 años, y que ha supuesto desde el inicio de la democracia el gobierno de España durante más tiempo.
Desde entonces, el liderazgo y compromiso personal de Francisco Martínez-Aldama en el ámbito político ha supuesto un revulsivo importante para este partido en La Rioja. Desde una ya vieja militancia de más de 30 años, he comprobado cómo en estos diez últimos años una nueva generación de personas, de jóvenes y no tan jóvenes, se han incorporado a la política con ilusión y compromiso a través del PSOE. Cómo las ideas que siempre nos han movido se han renovado y vuelven a recobrar la fuerza necesaria del cambio. Pero sobre todo, se ha incorporado a la política una generación que creció ya en democracia y que no tiene los prejuicios y condicionamientos de los que vivimos la transición democrática. Conocen perfectamente la historia -Aldama, por ejemplo, es licenciado en Humanidades-, pero viven el gran cambio de este país no desde la distancia de los libros de historia, sino desde el trabajo diario en la dura tarea política de promover el progreso, el bienestar social y la igualdad de oportunidades para seguir con un cambio, el de España, que ha asombrado al mundo.
Hemos visto cómo nuestra organización ha ido creciendo durante estos años: se ha pasado de 20 agrupaciones municipales socialistas en el 2000 a 42 en el 2010, el aumento de la afiliación ha sido del 50 %. También la responsabilidad política pública ha ido en aumento, en listas municipales, en votos y, sobre todo, en apoyo ciudadano.
Pero sobre todo ha sido la otra política, la del diálogo y el acuerdo, la que ha posibilitado volver a gobernar el Ayuntamiento de Logroño, nuestra capital, después de 12 años; logrando así que dos de cada tres ciudadanos riojanos tengan alcalde o alcaldesa socialista, y haciendo las cosas de otra manera: más ecuánime, más transparente, más eficaz y, sobre todo, para todos y todas.
A nivel personal creo que el secretario general de los socialistas riojanos , Francisco Martínez-Aldama, ha ido creciendo políticamente, ya no es un ex concejal de Herce y un destacado socialista de la Agrupación de Arnedo el que dirige el PSOE: con el tiempo ha adquirido experiencia, conocimiento político, y es sin duda un gran parlamentario.
Pero lo que me sigue sorprendiendo es que, después de estos diez años, siga teniendo un compromiso personal con La Rioja y los riojanos digno de admiración -un detalle personal como muestra, desde hace diez años hace unos 80.000 km. anuales conduciendo su propio vehículo, sin chófer, recorriendo cualquier rincón de nuestra tierra, que conoce como la palma de su mano-. Y si esto es importante, lo es más la política de diálogo que impulsa, de consenso, de acuerdo, de progreso con otras fuerzas políticas o administraciones. Es de admirar su ahínco personal en la negociación, en la búsqueda de mejoras para La Rioja, en las decenas de reuniones con el Gobierno de España, que han hecho posible la mayor inversión pública del Estado en La Rioja. Discretamente, sin escandaleras, con argumentos y sin crispación: en estos últimos seis años ha tenido que enmendar muchas veces la torpeza y el sin sentido del Gobierno de La Rioja en su constante bronca con todos los demás, y especialmente con todos los ministerios.
Finalmente, quisiera destacar que entramos en otro momento histórico, en un periodo decisivo para La Rioja y los riojanos: en el 2011 se celebran elecciones municipales y autonómicas, y los socialistas riojanos aspiramos a gobernar La Rioja como ya lo hacemos -y lo seguiremos haciendo- en Logroño, la capital; porque consideramos que es necesario un cambio de ciclo en La Rioja, las políticas pasadas ya no son eficaces en el mundo actual. Se necesita un nuevo plan, basado en el diálogo y el acuerdo entre nosotros como riojanos, y entre nosotros y los demás, que rompan el aislamiento de La Rioja que llevan los actuales responsables políticos de nuestra Comunidad. Y para ello se necesitan unas nuevas personas y equipos que dirijan las instituciones riojanas honradamente y más eficazmente, sin engaños, sin autocomplacencias que nos lleven al furgón de cola del país. País al que los socialistas hemos aportado trabajo, ideas y gobiernos durante estos últimos años hasta lograr que ya nadie piense que África comienza en los Pirineos, como se nos decía hace apenas 30 años.
Al recordar los Congresos del 2000, diez años después, podemos comprobar la importancia de los mismos, tanto para el PSOE como para La Rioja. Pero la historia sigue, y hay que escribirla desde la participación, como hasta ahora.
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